Durante años he estudiado la Geometría Sagrada, he trabajado y trabajo como terapeuta aplicando las formas sobre el cuerpo humano y también en algunos casos excepcionales a mascotas. Me sorprendió ver como las mascotas y sobretodo los perros reaccionaban tan rápidamente al tratamiento. ¿Y las personas porque no?
La respuesta llegó sola. Ellos vibran en Amor y agradecimiento cuando tú los tratas. Los seres humanos en muchas ocasiones cuando nos hacen una terapia de sanación o armonización, estamos pensando en la compra, en el trabajo, en los niños, la familia… Y es por esa razón que, no sentimos ni nos dejamos fluir, para que la energía de la terapia funcione. O simplemente buscamos constantemente un porqué, una explicación, sin dejar que el sentimiento de Paz y Armonía actué en aquel momento en nuestro cuerpo.
Ni somos capaces de tomar conciencia del trabajo del terapeuta que nos está tratando. Tenemos que aprender a convertirnos en auto-observadores.